Más que andar: Castillo y pueblo abandonado de Oreja



Pasó algún tiempo desde que un compañero de trabajo (Javi de Ocaña) me habló de Oreja, hasta que fui por primera vez. Desde entonces y durante varios meses, lo visité en múltiples ocasiones siendo el objetivo de numerosas rutas de MTB. Casi siempre lo visitaba con Juan (otro compañero), hasta que en uno de los descensos que bajan del castillo a la vega, dejó la horquilla de su bici inservible...



Pese a que se puede llegar andando en poco más de una hora, el entorno no resulta demasiado atractivo y personalmente prefería ir siempre en bicicleta. Se pueden planificar numerosas rutas partiendo desde las poblaciones de Ocaña, Noblejas, Ontígola y Aranjuez. La ruta más fácil es la que sale desde Aranjuez.

Desde el jardín del Príncipe, a la altura de la casa del labrador, sale una pista asfaltada que lleva a la “Casa de la Monta”. Se deja el gran establo a la derecha y se continúa cinco kilómetros por la pista, ya de arena, atravesando la finca de Sotomayor hasta llegar a los pies del castillo. Desde aquí sale una senda que asciende directamente al pueblo. Hasta aquí se puede llegar en coche.

Habitado desde la época prerromana, los romanos construyeron en este paraje la villa romana de Aureliae. En la Alta edad media, los musulmanes construyeron el castillo, que estuvo situado en tierras fronterizas durante los siglos X y XI. A mediados del siglo XII pasó definitivamente a manos cristianas y a finales se cedió a la Orden de Santiago. Tras pasar por las manos de distintas familias nobiliarias, e ir emigrando progresivamente su población a municipios cercanos, fue abandonado definitivamente a mediados del siglo XX.

Del actual pueblo, que está en bastante mal estado, destacan cinco puntos:

1        El castillo y los restos de las murallas:
















2      Un núcleo urbano cercano al castillo.










3        Un núcleo urbano más moderno, en el cual se encuentra una ermita.












4        La casa del soto, en la parte baja (Vega del Tajo). 



5   El cementerio. Es, junto con la ermita, lo que presenta un mejor estado de conservación, o, más concretamente, un menor estado de deterioro. De este último no aporto fotos para no dar pistas de su ubicación. Al no verse desde el pueblo ni desde los caminos de acceso, no ha sido visitado por las "personas" que han ensuciado y destrozado el pueblo. Que siga siendo así. 

Javi tenía razón: "...es un sitio muy feo con mucho encanto..."
No llegué a cansarme de este lugar.

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