Tiempo:
6 horas 30 minutos (ruta circular)
Distancia:
21.3 kilómetros
Inicio
y final: Iribas (616m)
Máxima
altura: San Miguel de Aralar (1240m)
La ruta comienza en la localidad de Iribas, a la cual llegamos por la
carretera que sube a la ermita (NA-7510 y NA-7504) desde Lekunberri. Dejamos el
coche en un pequeño parking que hay justo antes de la entrada de Iribas y
comenzamos desde él la ruta. Todo el recorrido está balizado con las marcas del
PR-NA82, amarillas y blancas.
Atravesamos la localidad y tomamos en el sur de la misma una pista en la
que coinciden tres recorridos, nuestro PR, un SL que va al nacedero de
Aitzarrateta, y el GR 12. En pocos minutos llegamos a un cruce donde el SL gira
a la izquierda, y nosotros continuamos por la pista.
Al llegar junto a una construcción, el GR sigue por nuestra derecha
mientras nosotros continuamos por la pista, que se transforma progresivamente
en un camino de herradura.
El camino se convierte en senda y empieza a ganar altura suavemente hasta
llegar a un tramo llano, discurriendo por hayedo primero y junto a prados y un
pequeño bosque de abetos después.
A partir de este punto comenzamos a ganar altura rápidamente, cruzando
algunas vallas y un camino. Salvamos en pocos minutos 150 metros de desnivel,
hasta llegar a un refugio de madera situado en un collado.
Cruzamos la valla y descendemos por el camino que llega al refugio, hasta
llegar a una portera metálica. Tras cruzar la portera giramos a la derecha y
continuamos unos minutos junto a la alambrada, paralelos a la pista que
asciende por el valle de Ata desde Madotz.
Descendemos finalmente a la pista y caminamos por ella hasta cruzar una nueva
portera metálica. Unos metros después nos desviamos a la izquierda para seguir
por una senda que asciende, entre piedras y a través del hayedo, hasta llegar a
la cuerda del monte.
Una vez arriba, vamos llaneando y ascendiendo suavemente (siempre con
rumbo oeste), hasta que pasamos al lado sur de la cuerda y divisamos ya nuestro
destino, la ermita de San Miguel de Aralar, del cual nos separan los últimos
minutos por un camino entre piedras.
Al final de este llegamos al cruce de la carretera que sube a Artxueta y
la que lleva al Santuario.
Tomamos la carretera hacia la izquierda y llegamos a la entrada del
recinto de la ermita, desde donde obtenemos unas fabulosas vistas hacia el sur
del valle del Arakil, y de las sierras de Urbasa y Andía, con la imponente
cresta de San Donato al frente. Todo ello presidido por la ermita de San
Miguel.
Regresamos por la carretera y continuamos por ella algo menos de un
kilómetro, hasta la zona de Sorabarrena, donde encontramos una senda que sale a
la derecha.
Subimos suavemente bordeando la montaña, hasta que cruzamos una valla y
llegamos a la ladera que da al Norte. A partir de aquí descendemos de forma
rápida siguiendo las marcas en los árboles, puesto que la senda resulta en
algunos tramos imperceptible. Tras el primer tramo de descenso directo, la
senda llanea y desciende suavemente encaramada a la ladera, hasta que cruza una
carretera y se vuelve más ancha.
Poco a poco se va estrechando la senda de nuevo, encajonándose entre
vallas en algunos tramos y entre frondosa vegetación en otros, y pasa junto a
una gran cueva antes de llegar a unos campos de siembra y unos prados.
Después de atravesar el GR-12, y recorrer más de un kilómetro llaneando
por un abierto hayedo, llegamos a la pista hormigonada que nos conduce en
descenso hasta Baraibar.
Pasamos entre el frontón y la iglesia y giramos a la derecha en una
fuente hasta llegar a una plaza. En su esquina nordeste tomamos una calle que
desciende hacia el norte y que nos saca del pueblo. Por una pista entre campos
recorremos en pocos minutos el tramo que nos separa de Iribas, localidad en la
que comenzó nuestra ruta.
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